Al soldadito de plomo
lo mandaron a la guerra.
El lunes por la mañana
le dolía la cabeza.
El lunes no luchó nada.
El martes llovió de veras.
El miércoles el dentista
le sacó la muela vieja.
El jueves salió de compras,
era el santo de su abuela.
El viernes al capitán
le cosió cuatro chaquetas.
El sábado lo pasó
vestido de cocinera.
El domingo no se lucha,
se descansa por ser fiesta.
El domingo por la tarde,
a eso de las cinco y media,
ha invitado al enemigo
a merendar en su tienda.
Todos eran conocidos,
compañeros de la escuela,
vecinos del medio barrio...
¿Por qué se inventan las guerras?
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