¿Nunca te preguntaste, al ver las imágenes de los Doce Apóstoles, por qué Simón empuña un serrucho? ¿O por qué Juan en ocasiones sostiene entre sus manos una copa? Para responder estas preguntas y otras similares, sigue esta humilde «Guía Iconográfica» de los Apóstoles. Bajo un nombre tan pomposo, se esconde algo muy sencillo: una pequeña ayuda para poder interpretar las imágenes de los Apóstoles, a luz de la Escritura y de las tradiciones cristianas.
Hemos hablado de tradiciones cristianas. ¿A qué nos referimos, exactamente? La Sagrada Escritura nos proporciona bastante información acerca de algunos de los Apóstoles de Jesucristo (por ejemplo Pedro y Juan), pero escasa -o casi ninguna información- acerca de otros. Es lógico que ya desde los primeros siglos, la piedad cristiana quisiera llenar esa laguna mediante una abundante literatura apócrifa, formada sobre todo por las passiones o gesta martyrum. Se trata de una especie de "ficciones novelescas", de un "valor relativo" desde el punto de vista estrictamente histórico, pero muy valiosas sobre todo por contribuir mucho a la piedad, a condición de que no se les puedan poner reparos de otra índole, por ejemplo, contra la ortodoxia", y por su belleza literaria, ars sacra recogida incluso en la Liturgia ("se toman textos particularmente bellos para las antífonas y responsorios"(*)). De esos textos proceden muchos de los datos que explican la representación iconográfica de algunos santos de los primeros siglos.
San Pedro
San Bartolomé
San Felipe
San Mateo
Santiago el Mayor
Santiago el Menor
San Andrés
San Judas Tadeo
San Matias
San Simón
Santo Tomás
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