Es el vaso sagrado en el que se coloca la Hostia consagrada de suerte que puede ser vista. Por eso también se lo llama Ostensorio.
Se emplea para la Exposición del Santísimo y para las procesiones en las que se lleva el Santísimo.
Las mayores y más artísticas custodias del mundo se encuentran en las catedrales de España1 y entre ellas, destacan las de la familia Arfe. Enrique de Arfe es el autor de la que probablemente sea la más famosa, la de Toledo, mientras que su nieto, Juan de Arfe, esculpió las de Ávila (de formas achatadas), la de Sevilla (que mide más de tres metros y tiene como temática la teología) y la Valladolid, llamada "de Adán y Eva en el Jardín del Edén", debido a que es la escena que aparece en su cuerpo inferior. La de Valenzuela (Córdoba) que destaca por su cuerpo inferior y por ser la más antigua de la comarca.
Entre las custodias españolas sobresalen:
la de Vich por su antigüedad, que data del 1413.
La de la catedral de Baeza por su elegancia y curiosidad en la ejecución (realizada con las donaciones de cubiertos de plata de los baezanos tras la desaparición de la anterior en un incendio en la S.I. Catedral de Baeza en 1691)
por su pedrería.
La de Barcelona
por su elevación y gallardía, la de Cádiz, que mide cuatro metros
Todas ellas son de estilo gótico. Del mismo estilo son las mayores de Córdoba, Gerona, León, Palma de Mallorca, Salamanca, Sahagún, Toro y Zamora. Y de estilo clásico o del Renacimiento, las mayores de Alarcón (Cuenca), otra en Cádiz, la de Jaén, Palencia, Santiago, Segovia, Sevilla (dos), Teruel, Valladolid y Zaragoza. De las custodias barrocas sobresale la Custodia procesional del Corpus de la Catedral de Murcia, obra de Antonio Pérez de Montalto, que se conserva y expone en el Museo Catedralicio, al igual que otra excelente custodia barroca, La custodia de las Espigas de Ramón Bergón.1
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